66 post después

Hoy es el último jueves del año 2021

El 6 de marzo me comprometí conmigo mismo a escribir aquí dos post semanales y me siento contento y orgulloso de haber cumplido mi compromiso.

Han sido 66 post sobre autoconocimiento, desarrollo personal y estoicismo que me han servido como herramienta de reflexión y me han permitido evolucionar personalmente en un año bastante complicado.

Echo la vista atrás y siento el profundo avance que he conseguido en este tiempo, gracias en parte al compromiso de escribir en este blog.

Escribir aquí me ha «obligado» a reflexionar, a leer, a conversar, a escuchar, a preguntar y a responder, a sincerarme conmigo mismo y con otras personas, a revisarme, a perdonarme, a darme nuevas oportunidades…

Fruto de todo ello me conozco mejor, me quiero más, he adquiridos hábitos y comportamientos diferentes, he moderado algunos de mis defectos y he potenciado algunas de mis virtudes, he tomado con serenidad y valentía decisiones importantes para mi vida… en definitiva he trabajado duro para mi crecimiento y desarrollo interior, lo cual, como a mi querido Epicteto, es algo que he descubierto que me hace especialmente feliz.

Mientras que una persona disfruta mejorar su granja y otra su caballo, yo disfruto mejorarme a mí mismo a diario.

Epicteto

Además de lo anterior, estos 66 post han tenido a lo largo del año una media de 150 lecturas. Me emociona pensar que quizá a algunas personas estas reflexiones le hayan servido para hacer las suyas propias. Si así ha sido, me siento doblemente feliz.

También siento un profundo agradecimiento por todos vuestros comentarios tanto de quienes los habéis hecho en este blog como de quienes me los habéis trasladado directamente porque conversar era uno de los objetivos del blog.

Este será el último post de esta etapa. En 2022 seguiré escribiendo mi diario, pero no seguiré publicando aquí. Lo he meditado mucho estos días y creo que mi evolución requiere otras cosas.

Os deseo lo mejor.

Os deseo sabiduría, serenidad y coraje.

Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir.

Séneca

Preparando el próximo año

Acaba el año y esta manera de contar el tiempo (como periodos que empiezan y terminan, en lugar de como un continuo) nos da la oportunidad de pararnos un poco, revisar el camino recorrido el año anterior y mirar hacia el siguiente preparando la ruta que seguiremos.

Esta es una dinámica muy buena y positiva ya que nos permite asegurarnos de que vamos en la dirección que queremos y corregir el rumbo si es necesario, en lugar de simplemente dejarnos llevar por la vida.

Para no caer en la trampa de esos «buenos propósitos» que realmente nunca cumplimos, y hacer un ejercicio de revisión y reflexión que verdaderamente nos sea útil, es importante hacer algunas cosas.

Tómate un poco de tiempo tranquilo contigo mismo para revisar lo sucedido en el año que acaba, lo que has aprendido, evolucionado, etc. Hacerlo con un cuaderno y un boli a mano te puede venir muy bien.

En otro rato de tranquilidad siente qué te gustaría hacer el año próximo en el corto plazo, es decir, qué te gustaría hacer que tenga resultado dentro del propio año. Y luego piensa a más largo plazo, a varios años, y siente en qué te gustaría sembrar este año para cosechar en los siguientes. Aquí seguramente no podrás concretar mucho pero no importa aún.

Con lo anterior en mente (o mejor en tu cuaderno o diario), piensa en qué ámbitos de tu vida quieres evolucionar más concretamente este nuevo año. Puede ser en tu vida profesional, en tu vida familiar, en tu vida interior, en tu economía, en tus relaciones, en tus aprendizajes… pueden ser varios de ellos en los que quieras trabajar este año.

En cada uno de los ámbitos identifica lo que te gustaría hacer y si es en el corto plazo o en el largo plazo. Ese «hacer» puede consistir en varias cosas: puede ser adquirir un nuevo hábito, aprender o descubrir algo nuevo, dejar de hacer algo que no te está haciendo bien, etc.

Siente la energía que te genera leer lo que te propones hacer. Reúne tus fortalezas, recuerda las cosas que te propusiste antes y lograste (las que no, no importan), imagina cómo te sentirás cuando hayas logrado tus metas.

Por último, de cada cosa que vayas a hacer, apunta cual será el primer paso que vas a dar para conseguirlo. Podría ser algo así:

Ejemplo

A partir de ahí, si lo vas revisando de vez en cuando, apuntando los siguientes pasos, y reajustando, podrás ver la evolución y los avances que vas consiguiendo.

Releyendo mi diario

Mis diarios personales

Uno de los muchos beneficios que tiene escribir un diario es poder releerlo de vez en cuando y tomar perspectiva de la evolución personal. Es un poco como cuando abres el álbum de fotos y vas recorriendo y recordando los momentos y te das cuenta de cómo la vida ha ido fluyendo.

Estos días releyendo algunos pasajes de mi diario, me encontraba con algunas ideas y frases que me han resonado especialmente apropiadas en este momento:

Haz lo mejor posible con honestidad y cariño, y el resultado que se produzca será siempre el adecuado, incluso si no es el que buscabas.

Si hoy no te apetece seguir tu rutina o un hábito que te hace bien, sigue solo por hoy, y piensa que ya mañana te tomarás un descanso.

Si algo te hace bien, sigue haciéndolo solo por hoy, ya dejarás de hacerlo mañana. Y si algo te hace mal pero te apetece mucho, no lo hagas hoy, empieza mejor mañana.

Tengo la sensación como de «tener derecho» de vez en cuando a tomarme un «descanso de la vida». Decía Marco Aurelio que la vida es más como una lucha que como un baile. En cualquiera de ambos casos necesitas descansar de vez en cuando de la vida, de la rutina, de las responsabilidades, poder decir algunas veces, hoy no estoy para nada ni para nadie, solo para mí.

Me angustia el futuro, este es mi punto débil, y me cuesta muchísimo no planificar lo que tengo por delante, tenerlo controlado, medido y organizado. Y entonces es cuando me estreso y me agobio porque además no puedo hacer nada ahora, solo puedo hacer cuando lleguen las cosas.

Eres dueño de tus emociones. Eres tú quien permite que otros entren en ellas y las revuelvan. Si no quieres, no les dejes entrar.

Releer estas reflexiones me ayuda a asentarlas, a profundizar en ellas, a enriquecerlas con la experiencia vivida entre el momento que las escribí y el momento actual.

Sosegar la conversación interior

Photo by meo on Pexels.com

Según algunos estudios, tenemos unos 60.000 pensamientos al día, y la mayoría de ellos son negativos, repetitivos y del pasado.

Muchos de esos pensamientos son «conversaciones» interiores que tenemos con nosotros mismos o con otras personas sobre hechos del pasado o del futuro. Conversaciones sobre cosas que le tenía que haber dicho a alguien, o que me dijo y yo le dije, o conversaciones no resueltas, o palabras que me hirieron y a las que ahora respondo en mi interior…

En otras ocasiones son conversaciones que aún no han sucedido pero que ya las voy anticipando en mi mente, y las repito una y otra vez y yo digo, y entonces me responde tal cosa, y yo le digo tal otra…

Esto es algo que hacemos todas las personas de manera inconsciente, pero que podemos aprender a dominar y a utilizar para nuestro beneficio.

Recordar el pasado tiene sentido para revisarlo, aprender, perdonarse por los errores, agradecer los éxitos y echar el cierre a las cosas.

Cada día defiendo mi caso ante mi propio tribunal. Cuando la luz se apaga y mi esposa se ha retirado, conocedora de mi hábito, examino mi día completo y reviso lo que he hecho y dicho, sin esconderme nada.

SÉNECA

Imaginar el futuro es una fuerza muy poderosa de nuestra voluntad que nos ayuda a vivir el presente de manera consciente y enfocados hacia nuestro propósito

Entrégate por completo a tu propósito. Decide construir tu carácter a través de buenas acciones y comprométete a pagar el precio de perseguir objetivos dignos. Los desafíos que enfrentarás te harán conocer tus fortalezas.

EPICTETO

Pero hay que tener mucho cuidado de no dejarse atrapar por el dolor del pasado ni por el miedo al futuro, que son las dos grandes trampas de nuestra conversación interna.

La capacidad de visualizar el futuro, una de las mayores bendiciones humanas, se transforma a menudo en maldición. Los animales salvajes escapan de los peligros cuando los ven, y una vez a salvo dejan de preocuparse. Los humanos nos atormentamos por lo pasado y por lo que está por venir. Nadie que se centre en el presente será infeliz.

SÉNECA

Toma consciencia de tu conversación interna para aprender del pasado, soñar el futuro y vivir en presente.

Pronto nada será lo que parece

No se puede vivir felizmente siendo esclavo de las opiniones ajenas. La filosofía estoica nos enseña a ser independientes y a valorar lo que tenemos, en lugar de estar siempre buscando más y más. Esto nos ayuda a ser felices aunque la sociedad nos presione a consumir y a competir. La felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en la serenidad de nuestra propia mente.

La filosofía estoica nos enseña a ser equilibrados y a no dejarnos llevar por las emociones. Esto nos permite ser fuertes frente a la presión de la sociedad y resistirnos a las tentaciones de la vida consumista. La serenidad y la autoconfianza son las claves para ser felices en un mundo tan competitivo y materialista. La filosofía estoica nos enseña a buscar la armonía interior, aunque el mundo exterior sea caótico. Esto nos ayuda a estar centrados y a ser fuertes frente a las dificultades. Nos enseña a ser pacientes y a no dejarnos llevar por la ira o el resentimiento.

La filosofía estoica nos ayuda a ser más sabios y a tomar decisiones acertadas en medio de la confusión. En un mundo en el que todo se mueve tan rápido, es importante aprender a ser serenos y a no dejarnos arrastrar por las corrientes. La filosofía estoica nos enseña a ser prudentes y a no caer en las trampas de la vida consumista. Nos enseña a ser responsables y a no buscar la felicidad en las cosas materiales. La felicidad es un estado interno, y no se puede alcanzar siendo esclavos de las opiniones ajenas.

La filosofía estoica es una buena guía para vivir en una sociedad que nos presiona a consumir y a competir. Es una filosofía que nos enseña a ser independientes, equilibrados y serenos. Nos enseña a buscar la armonía interior, aunque el mundo exterior sea caótico. La filosofía estoica es una buena guía para ser felices en un mundo tan competitivo y materialista.


PD: este post lo ha escrito íntegramente una api de IA, en concreto GPT-3, a partir de la siguiente instrucción que le he dado: «Escribe un texto sobre la filosofía estoica aplicada al mundo actual, en especial teniendo en cuenta la presión a la que nos somete la sociedad consumista y capitalista» ¿Cómo te quedas? Yo literalmente con la boca abierta.

PD2: y la foto de ese lugar tan espectacular… pues no existe y también lo he generado yo en dos minutos con otra IA increíble que se llama Gaugan-2.

PD3: ambas herramientas son tan increíbles como sencillas de usar. Lo que nos depara el futuro es realmente alucinante… veremos si conseguimos que sea «para bien»

Bielsa es mi Zenon

Marcelo Bielsa en su época de entrenador del Athletic de Bilbao

Una herramienta que nos proponen nuestros amigos estoicos es tomar alguna persona o personas de referencia y que nos sirvan como inspiración y también como recordatorio.

Alguien que pueda personificar para ti todo aquello a lo que aspiras, que se comporte como a ti te gustaría comportarte y que con su «presencia» te ayuda a mejorar y te recuerda cómo hacer las cosas, y te guía en la incertidumbre.

Una persona a la que conozcas lo suficiente como para saber que puedes identificarla con aquellos valores y prácticas que deseas cultivar, pero de la que no sabes tanto como para perderte con sus defectos y fallas, que sin duda los tendrá.

Una persona a la que «idealizar» en el buen sentido, que nos sirva de medida, de ideal (siendo conscientes de que en realidad esa persona no es la real, sino una imagen purificada que nos hemos hecho), y que por se ideal precisamente nos resulta de utilidad para el camino. Es nuestra estrella polar, que nos guía pero a la que nunca llegamos por mucho que avancemos.

Cuando te enfrentes a cualquier situación, pregúntate qué hubieran hecho Sócrates o Zenón, y sabrás cómo actuar. EPICTETO

Elige alguien cuya forma de vida quieras emular. Tenlo siempre presente como un ejemplo a seguir. Necesitamos un estándar contra el que medirnos, alguien recto que pueda enderezar al torcido. SÉNECA

No podemos elegir a nuestros padres, porque los asigna el destino. Pero podemos elegir de quienes queremos ser hijos. SÉNECA

Para mí esa persona es el grandísimo entrenador Marcelo «el Loco» Bielsa, a quien ya he mencionado en alguna ocasión antes en el blog.

No le conozco personalmente, solo por sus declaraciones, por sus actuaciones, por libros, documentales y entrevistas. Como cualquier persona tendrá un millón de defectos y seguro que si lo conociera personalmente no me serviría de referente precisamente por eso, pero su imagen idealizada me resulta muy útil porque me ayuda, porque mi imagino qué haría «el Loco» ante las situaciones en en las que yo me voy encontrando.

Y obviamente soy yo quien se inventa la respuesta, pero al personalizarla en él, me ayuda a concretarla y a desarrollarla. Y muchas de sus palabras y actuaciones son auténticamente inspiradoras para mí, aunque obviamente no eran su original propósito.

Solo un ejemplo de cómo con su conducta y su forma de actuar me sirve (intuyo que a muchas más personas) de referente:

En 2019 estaba entrenando al Leeds, equipo de la segunda división inglesa. En un partido trascendental en el que la victoria le daba la posibilidad de ascender directamente a la primera división, su equipo marcó un gol que le ponía por delante en el marcador a falta de menos de veinte minutos para finalizar el partido. Pero el gol estuvo precedido de una jugada en la que su equipo debió haber parado el juego y, aunque el gol fue totalmente «legal» no fue «justo».

Bielsa hizo una aplicación brutal del valor del «coraje» (hacer lo correcto independientemente de las consecuencias) e indicó a su equipo que debía dejarse meter un gol para poner la situación en el mismo punto anterior… algo increíble. El partido acabó en empate perjudicando gravemente las posibilidades de ascenso del equipo (de hecho no pudo ascender hasta la siguiente temporada), pero hicieron lo correcto, y eso era más importante que cualquier otra cosa para Bielsa.

Pide ayuda si lo necesitas

Photo by Samantha Garrote on Pexels.com

A veces pasar más tiempo contigo mismo o poner en claro tus ideas a través de un diario no son herramientas suficientes para ayudarte en tu autoconocimiento y tu mejora personal.

Compartir con alguien tus «cuitas», tus pensamientos, es una herramienta muy valiosa también.

Una conversación con alguien que te quiere, alguien de tu familia o una amistad, puede ser muy reveladora y sanadora. Porque al verbalizar los pensamientos, lo materializamos y muchas veces solo con eso pierden buena parte de su poder negativo.

En otras ocasiones, la conversación nos ayuda a buscar otro punto de vista diferente, una perspectiva de la que no nos habíamos percatado.

Cultivar relaciones que te puedan aportar esta posibilidad en un momento dado es una labor muy importante en tu vida. Haz recuento mental de a cuantas personas podrías pedir que te escucharan durante una hora y que te pudieran dar contraste valioso…

Y por otro lado, has de tener la disposición para hacer lo mismo con otras personas, siendo tu en este caso quien sirva de contraste y de ayuda cuando lo necesiten. No solo es pedir, también es dar.

No siempre es fácil dejarse ayudar, aconsejar, contrastar. Necesitas un poco de humildad y dejar tu ego a un lado por un tiempo, y abrir tu mente, y escuchar, no solo hablar, y todo ello es complicado cuando estás en una situación de preocupación o de angustia.

Pero los beneficios son abrumadores y conocidos.

No te avergüences de pedir ayuda. Como un soldado atacando una muralla tienes una misión que lograr. ¡Y qué si te han herido y necesitas apoyarte en un compañero! MARCO AURELIO

Problemas de ricos

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

«Eso que te pasa son problemas de ricos», es una expresión que suelo utilizar a veces con mis hijos y mucho más a menudo conmigo mismo. Es una frase que automáticamente me ayuda a relativizar el problema de que se trate, y rebajarlo a la condición de simple disgusto, o pequeña incomodidad.

Para mí un «problema de rico» es un problema que solo lo es desde la mirada de alguien que ya tiene resueltos otros problemas mucho más grandes. Es un poco la broma que solemos hacer cuando vemos un palacio o una de esas casas de las personas ultramegasuper ricas, y nos decimos con desdén «buf, menudo trabajo será pasar la aspiradora ahí todos los sábados»

Un «problema de rico» por ejemplo es no sentirte plenamente realizado en tu trabajo, o no tener claro tu propósito vital. No significa que no sea deseable sentir esa plenitud y tener una claridad en el propósito, sino que hay que ponerlo en contexto y en escala. Quiero decir que en la escala de los problemas laborales, por ejemplo, lo primero sería no poder acceder a un trabajo, o que no esté dignamente remunerado, o que no tenga suficiente estabilidad en el tiempo, o seguridad física, o que sea muy penoso, o que se desarrolle en un entorno laboral muy toxico… y que no te haga vibrar todos los días estaría unos cuantos escalones más allá. Es como el que saca un 8 en un examen y le duele no haber sacado un 9… está muy bien aspirar y buscar el máximo, sabiendo bien dónde estás.

Lo mismo pasa con otro tipo de «riquezas», por ejemplo con la salud, con las relaciones, con los sueños, con la familia… muchas veces me digo a mí mismo algo así como «agradece que tu problema es porque eres rico en esto«, y me ayuda mucho a ponerme en otro lugar.

La felicidad de hacer lo correcto

Photo by Allan Mas on Pexels.com

Creo que una de las cosas que más satisfacción me produce es «hacer lo correcto».

No en el sentido de hacer lo socialmente aceptado, sino hacer lo que considero que está bien hacer. Es decir, ser coherente con mis ideas, conseguir aunque sea momentáneamente hacer coincidir mis ideales con mis acciones.

Y no precisamente porque lo consiga muy habitualmente. Supongo que como cualquier otra persona, soy una «contradicción con patas» ya que me cuesta mucho compaginar mi día a día con mis sueños: sueño con un mundo donde la desigualdad no te condene a muerte o a una vida de mierda… sueño con un mundo donde la humanidad viva en armonía consigo misma y con el resto de la naturaleza… sueño con un mundo donde reine la verdad, la solidaridad y el bien común…

Pero luego es difícil (a mí al menos me resulta difícil) trasladar esos sueños a lo que tengo que hacer mañana por la mañana.

Por eso, cuando se da la situación en la que hago algo (por pequeño que sea, que lo suele ser) que conecta perfectamente esos sueños con ese día a día, me hace sentir inmensamente feliz. Además, normalmente, es algo de lo que nadie se da cuenta más que yo mismo y eso me hace más feliz aún (a pesar de todo lo que me gusta el reconocimiento de otras personas, por supuesto)

Supongo que esto es lo que los estoicos llaman el «coraje»: hacer lo que sabes que es correcto, independientemente de las consecuencias, del reconocimiento y de todo.

Quizá este sea un hilo del que tirar para descubrir, o construir ese propósito vital que tanto ansío.

¿Quién quieres ser?

Photo by Dan Hamill on Pexels.com

Primero pregúntate quién quieres ser. Después haz lo que tengas que hacer. EPICTETO

No es nada fácil saber realmente quién quieres ser, saber cual es el auténtico propósito que le quieres dar a tu vida. Al menos a mi no me resulta nada fácil y eso que es una cuestión sobre la que llevo media vida reflexionando. Afortunadamente me queda otra media por delante para acabar por descubrirlo 😉

Durante mucho tiempo creí que mi propósito era «hacer lo que estuviera en mi mano para convertir el mundo en un lugar mejor», y he dedicado mucho tiempo y mucho esfuerzo desde diferentes lugares para lograrlo… hacer algo importante, relevante, que generase impacto real y positivo, que perdurase… por ahí han ido siempre mis pensamientos y mis acciones.

Pero con el tiempo me he dado cuenta de que el sentido de mi vida no puede estar dependiendo de cuestiones que están realmente fuera de mi ámbito de control y que verdaderamente solo buscan alimentar mi ego.

He de seguir con mi búsqueda, pero en otro lugar… no fuera de mí, sino dentro de mí, en la intención profunda de lo que siento, de lo que pienso y de lo que hago.

Quizá la búsqueda sea parte del mismo propósito.

Explorar en zonas más profundas, en lugares menos obvios, con un mayor grado de sinceridad, con más serenidad y con más confianza.